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Operaciones de Escisión: Métodos y Consideraciones Clave


Te acompañamos en cada paso

Las operaciones de escisión representan un enfoque estratégico utilizado por las empresas para reestructurar sus negocios y liberar valor para los accionistas.

En esta guía, exploramos los entresijos de las operaciones de escisión, desde sus consideraciones estructurales hasta las complejidades de la transición y el establecimiento de la entidad escindida en su nuevo entorno.

Introducción a las operaciones de escisión

Una operación de escisión implica la separación y venta de una parte específica de un negocio por parte de la empresa matriz. Esta parte, conocida como el negocio disociado, puede ser una división, un segmento operativo o incluso un conjunto de productos y servicios dentro de la cartera de negocios más amplia de la empresa matriz. Las razones que subyacen a una operación de escisión pueden variar, desde centrarse en áreas de negocio esenciales hasta obtener capital para el crecimiento o la reducción de la deuda.

Un ejemplo notable de operación de escisión es la separación de PayPal de eBay en 2015. eBay, una plataforma líder de comercio electrónico, decidió escindir PayPal, su unidad de pagos en línea, para permitir que ambas empresas se centraran en sus respectivas estrategias de crecimiento. La operación fue bien recibida por los accionistas y permitió a PayPal convertirse en un líder independiente en su sector.

Operaciones de escisión

Estructuración de una escisión

Una operación de disociación puede estructurarse de varias maneras, siendo las más comunes la venta de activos y los acuerdos de venta de acciones. Esta decisión depende de varios factores, como el marco jurídico existente de la empresa disociada y las preferencias tanto del comprador como del vendedor. Un acuerdo de activos puede ser preferible si la escisión opera dentro de una entidad corporativa mayor, permitiendo la adquisición selectiva de activos y pasivos específicos mientras se dejan atrás los demás negocios de la entidad.

Por el contrario, una operación de acciones puede ser más adecuada si la disociación ya existe dentro de su propia entidad jurídica. Independientemente de la estructura elegida, los compradores deben respetar los mecanismos fundamentales de la transacción, incluidos los ajustes del capital circulante, las consideraciones sobre la deuda neta y las indemnizaciones, adaptados a las circunstancias específicas de la escisión.

Acuerdos de servicios de transición

El traspaso de una empresa escindida de su antigua matriz a un nuevo propietario suele requerir un período de transición y apoyo. Para garantizar una transición fluida de la empresa escindida al nuevo propietario, es habitual que las partes implicadas establezcan acuerdos de servicios de transición (TSA). Estos acuerdos abarcan una serie de funciones, desde la informática y la contabilidad hasta el apoyo operativo, garantizando la continuidad y la estabilidad de la empresa escindida mientras se adapta a su nuevo entorno operativo. Sin embargo, la duración y el alcance de los TSA deben negociarse cuidadosamente, equilibrando la necesidad de apoyo del comprador con el deseo del vendedor de renunciar a las obligaciones y los costes asociados a la escisión.

Retos de las operaciones de escisión

Las operaciones de separación pueden plantear retos únicos para ambas partes. Para el vendedor, separar eficazmente el negocio escindido del resto de la empresa matriz puede resultar complejo, especialmente si existen interdependencias operativas o financieras entre las entidades. Para el comprador, la integración del negocio escindido en sus operaciones existentes puede requerir una planificación y ejecución cuidadosas para garantizar una transición fluida y la realización del valor previsto.

Relaciones comerciales

Uno de los retos más importantes de las operaciones de escisión es la gestión de las relaciones comerciales entre la empresa escindida y la matriz. Estas relaciones pueden incluir acuerdos de suministro, contratos de licencia, alianzas estratégicas y otros. Cuando la empresa escindida deja de formar parte de la empresa matriz, estas relaciones pueden verse afectadas, lo que requiere una revisión cuidadosa y, en algunos casos, la renegociación de los términos contractuales.

Costes y servicios compartidos

Los costes y servicios compartidos representan otro nivel de complejidad en las operaciones de escisión, ya que abarcan un amplio espectro de gastos y recursos compartidos entre la disociada y su matriz o filiales. Desde primas de seguros y servicios profesionales hasta funciones centralizadas como TI y RR.HH., estos acuerdos compartidos requieren un escrutinio cuidadoso para determinar sus implicaciones en las operaciones y finanzas futuras de la salida.

Los compradores deben evaluar meticulosamente el alcance de los costes y servicios compartidos, identificando aquellos que requerirán sustitución o reestructuración tras la operación. Tanto si se crean capacidades independientes como si se aprovechan los recursos existentes en la organización del comprador, la planificación estratégica es esencial para garantizar una transición fluida y una estructura de costes sostenible para la escisión.

Costes autónomos frente a costes de sustitución

La planificación posterior a la transacción implica una decisión crítica: si se persiguen operaciones autónomas o se integran en la cartera del comprador. La elección de una operación independiente requiere una evaluación exhaustiva de los costes, que abarque las funciones administrativas y operativas necesarias para la autonomía. Por el contrario, la integración en operaciones existentes requiere un examen minucioso de los costes y servicios compartidos para garantizar una asimilación sin problemas en el marco del comprador, logrando un equilibrio entre eficiencia y sostenibilidad financiera. Esta decisión determina en gran medida la asignación de recursos y las estructuras de costes tras la adquisición, lo que repercute en la trayectoria y el éxito de la empresa.

Un enfoque autónomo exige un escrutinio meticuloso de todos los gastos relacionados con la independencia, haciendo hincapié en un profundo conocimiento de las necesidades operativas. La integración, por su parte, exige un delicado equilibrio entre la utilización de los recursos existentes y la adaptación a las especificidades de la separación. La transición a la autonomía puede conllevar inversiones en infraestructuras, tecnología y recursos humanos, dando prioridad a la viabilidad a largo plazo. La integración exige la incorporación sin fisuras de las operaciones de escisión a las estructuras existentes, aprovechando las sinergias y minimizando las interrupciones.

Estrategias para el éxito

En resumen, en las operaciones de escisión es crucial una planificación exhaustiva. Estas operaciones ofrecen oportunidades, pero también plantean retos únicos. Desde la estructuración de la operación hasta la integración del negocio adquirido, los compradores deben abordar complejidades como la gestión de las relaciones y los costes compartidos. Es fundamental comprender las necesidades operativas de la escisión y las sinergias potenciales. Además, los acuerdos de servicios de transición desempeñan un papel fundamental para garantizar una transición fluida. En general, el éxito requiere una due diligence meticulosa y una planificación clara para aprovechar las oportunidades e impulsar el crecimiento.

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