Según la OCDE España se sitúa en el top 10 de los países con mayor desarrollo del sector biotecnológico. Aunque estamos lejos de los primeros centros como Boston, Silicon Valley, Londres o Suiza, las noticias son alentadoras, después de unos años en que el escaso acceso a la financiación en el sector ponía las cosas difíciles. En los últimos dos años hemos sido testigo de cómo empresas biotecnológicas españolas están consiguiendo cantidades de financiación que hasta ahora no visto en el sector.
Confianza en la biotecnología española
Conseguir financiación para una empresa biotecnológica no es fácil, es un sector de ritmos de maduración largos y que, por tanto, requiere de inversiones a largo plazo.
Para que su producto llegue al mercado, se requiere alrededor de 10 o 12 años y cerca de $1.200 M. El proyecto de una biotecnológica deberá pasar varias fases de experimentación y la aprobación de las autoridades, y podrá comercializarse en caso de que todo salga bien.
Sin embargo los inversores se están dando cuenta del buen hacer de la biotecnología Española, el año pasado ya se cerraron acuerdos muy por encima de los que se habían cerrado antes en el sector.
Las grandes corporaciones internacionales apostaron por el sector como Novartis que invirtió en Palobiofarma para desarrollar, fabricar y comercializar una inmunoterapia contra el cáncer o el acuerdo firmado entre la catalana Oryzon y el suizo Roche para desarrollar y comercializar su fármaco Ory-1001 para el tratamiento de la leucemia mieloide aguda.
También los fondos biotecnológicos realizaron rondas grandes en el sector como ejemplo, Ysios y Lundbeckfond Ventures, Forbion Capital Partners, Gilde Hearthcare, Edmon de Rothschild Investment Partnets, Baxter Ventures y La Caixa, invirtieron €36M en Sanifit, empresa biofarmacéutica con sede en Mallorca, dedicada al desarrollo del SNF472, un fármaco para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares relacionadas con la calcificación en pacientes con enfermedad renal en etapa terminal.
En lo que llevamos de año hemos detectado operaciones como la inversión de Ysios en Kala Biopharma que os comentamos en un post la semana pasada o la cerrada por Stat Diagnostica de €22M.
Acuerdos con grandes corporaciones
En algunas ocasiones, la entrada de una gran corporación puede servir para empujar el proyecto. Es el caso de una de las últimas operaciones del sector, protagonizada por Grifols, que invirtió €3,75M en AlbaJuna Therapeutics, una spin off de IrsiCaixa dedicada a la investigación de anticuerpos terapéuticos contra el VIH.
En los últimos años se han ido produciendo más operaciones: Almirall ha entrado en el capital de AB-Biotics, la familia Lara entró en el de Plasmia Biotech, el grupo francés Synerlab ha adquirido Alcalá Farma, y Grifols ha ido haciéndose con participaciones en compañías como la hispano-belga TiGenix o las estadounidenses Alkahest y Aradigm.
Cuellos de botella para la biotecnología Española
Entre las asignaturas pendientes que tiene la biotecnología española, encontramos el proceso de transferencia tecnológica de la universidad a la empresa, la mortalidad de start-ups en los años más duros para el sector y la fuga de científicos de los centros de investigación que pueden haber hecho perder más de una oportunidad.
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