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Explicación de ajustes de descuento


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Explicamos en nuestro ámbito de valoración de empresas los ajustes que hay que tener en cuenta para una correcta valoración y acercamiento a la realidad de mercado. Los más habituales son los de iliquidez y los de tamaño.

Aplicación de ajustes de descuento

A la hora de realizar valoraciones, tal y como hemos mencionado en otros artículos previamente, los métodos de valoración que se suelen utilizar a la hora de valorar las empresas son el DCF, múltiplos sobre las transacciones precedentes y múltiplos de empresas comparables.

Mediante ellos se puede obtener una valoración base de la empresa. Sin embargo, las hipótesis en las que se suelen basar este tipo de valoraciones son en que las empresas tienen cierto tamaño o que son muy liquidas, es decir, que pueden venderse de manera sencilla a un precio de mercado razonable y sin gran esfuerzo.

Sin embargo, las empresas de tamaño pequeño o mediano y aquellas que no cotizan no cumplen con este tipo de hipótesis. Esto causa que las valoraciones necesiten de ciertos ajustes de descuento que permitan una correcta valoración y acercarse a la realidad del mercado. Los ajustes de descuento más habituales para este tipo de empresas son los de iliquidez y los de tamaño.

Para hacernos una idea, las empresas pequeñas o incipientes suelen tener un problema de escalabilidad, es decir suele ser necesaria la realización de grandes inversiones para ganar un cierto tamaño, ser rentables o conseguir una eficiencia que las haga sostenible en el tiempo. Además, suele ser más fácil la venta de estas empresas una vez adquieren un cierto tamaño.

Es por ello, que un ajuste habitual sobre la valoración suele ser la realización de un ajuste de descuento por el tamaño. Este se suele aplicar para compensar las futuras inversiones que el inversor va a necesitar realizar para obtener una cierta rentabilidad o conseguir escalabilidad y desarrollo de mercados o productos que aseguren la sostenibilidad de la empresa.

Realmente no existe un tipo de ajustes de descuento en concreto aplicable para todas las empresas, sino que hay que conocer bien el sector y el tipo de negocio, siendo necesaria la asesoría de expertos en el sector para la valoración de empresas.

Sin embargo, a grandes rasgos, una cifra bastante aceptada en general, suele ser la realización de un ajuste por tamaño a las empresas con una facturación menor de 10M€. Normalmente, este ajuste puede variar, pero se suele situar alrededor del 20% sobre el total de la valoración.

Además, hay que tener en cuenta el otro ajuste que hemos mencionado anteriormente, el ajuste por iliquidez. Este ajuste como su nombre anticipa es el que se realiza debido a la dificultad relativa de deshacer una inversión. Normalmente, cuando las empresas están cotizadas, debido a la eficiencia de los mercados, un inversor es capaz de vender sus acciones a una contrapartida sin tener que negociar, aplicando los precios de mercado.

Sin embargo, cuando se trata de empresas privadas, normalmente la dificultad reside en encontrar un inversor, debido al tamaño de la operación y a la dificultad que tendrá este último de retirar la inversión en el futuro cuando quiera monetizarla.

Es por ello por lo que debido a los recursos que son necesarios emplear, tanto monetarios como humanos, para cerrar este tipo de operaciones, y el mayor riesgo que conlleva al no disponer de tanta liquidez domo las empresas cotizadas, normalmente se suele realizar un ajuste entre el 20 y el 30% sobre la valoración.

En este caso, el sector de la empresa también marca mucho sobre la aplicación o no aplicación de este ajuste, debido a que hay ciertos sectores que pueden resultar más atractivos para los inversores, facilitando la salida a futuro y reduciendo el descuento aplicado, motivo por el cual el contar con expertos del sector puede ayudar a optimizar las negociaciones.

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