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Valoración de una empresa por descuento de flujos: 5 etapas fundamentales
A la hora de realizar una valoración de una empresa por descuento de flujos de caja hay que tener en cuenta que no vale con realizar una simple proyección financiera a largo plazo. Para conseguir una valoración correcta y consistente hay que seguir ciertos pasos.
1) Análisis histórico y estratégico de la empresa y del sector
Por un lado, lo primero en lo que hay que fijarse es en la propia empresa y en el sector. A la hora de fijarse en la empresa, hay que hacer un análisis financiero profundo en el cual hay que observar la evolución de los siguientes factores:
- Cuenta de resultados y balances: Aquí lo más importante es saber si la empresa está generando beneficios, cuál es el crecimiento histórico de la empresa y qué palancas son las que están definiendo estos resultados.
- Evolución de los flujos generados por la empresa: Debido a que este método de valoración se basa principalmente en los flujos de caja, es muy importante saber de dónde provienen estos flujos y si son sostenibles en el tiempo.
- Evolución de las inversiones de la empresa: Teniendo en cuenta que las inversiones son el motor para mantener un crecimiento en ventas, y en muchos casos, en generaciones de flujos futuras, es muy importante saber en qué se suele invertir, cuánto es capaz de generar y la necesidad de inversiones periódicas.
Además de estas, la evolución de la financiación de la empresa, el análisis de la salud financiera y la ponderación del riesgo actual que tiene la empresa son otros factores claves en los que una buena valoración financiera se diferencia de una mala.
Una vez realizado este apartado, es importante proceder a un análisis estratégico y competitivo, el cual significa conocer perfectamente la empresa y el sector.
En este caso, el conocimiento del sector, de los main players, key drivers que están afectando a la evolución del sector son una buena manera de comenzar.
Después, este análisis debe seguir por identificar la cadena de valor, conocer las capacidades de la empresa y la posición competitiva que disponen para poder comprender el medioambiente de la empresa, el funcionamiento de la industria y la situación actual de la empresa respecto a sus competidores.
2) Proyecciones de los flujos futuros
Una vez conocidas las tripas de la empresa y del sector, el siguiente paso viene por proyectar los flujos futuros de la empresa. Para ello hay que proyectar las previsiones del sector, de la posición competitiva de la empresa y la de los competidores.
Una vez hecho esto, se puede tener un conocimiento de la situación a la que se puede enfrentar la empresa a futuro, con las que luego se realizara las previsiones financieras.
Estas previsiones financieras deben realizarse sobre los tres estados financieros, el cash flow, el balance y la cuenta de resultados, poniendo un gran énfasis sobre las inversiones previstas, la financiación y la capacidad de generación de flujos de caja, dando por finalizado este apartado tras el cálculo del valor terminal de la inversión.
En este paso es muy importante la disposición de ciertos escenarios distintos, para poder ver cómo puede afectarle a la empresa las distintas variaciones de los inputs y ser capaz de crear planes de contingencia que ayuden a rediseñar el plan estratégico en caso de que se dieran situaciones peores a las esperadas.
Por último, este tipo de proyecciones debe ser revisada para ver si
disponen de una cierta consistencia, evitando de este modo infravaloraciones o sobre ponderaciones. Para ello es importante comparar estas proyecciones con previsiones de las cifras históricas y con la capacidad histórica de cumplimiento de la estrategia de la empresa, entre otros.
3) Determinación del coste de los recursos
Una vez dispuestas las proyecciones, es importante conocer cuál es la rentabilidad exigida por cada unidad de negocio y para la empresa en su conjunto.
Para ello se tiene en cuenta tanto el coste de la deuda como el la rentabilidad exigida a los fondos propios, es decir, se calcula el coste medio ponderado de los recursos. Un cálculo que debe realizarse con sumo cuidado ya que una leve variación puede alterar el resultado de la valoración final.
4) Actualización de los flujos futuros
En este apartado únicamente se actualiza los flujos previstos y el valor actual residual al coste medio ponderado correspondiente, de este modo se obtiene el valor actual de las inversiones.
5) Interpretación de resultados
Una vez realizada la valoración de una empresa se realiza un benchmarking con empresas similares que permite ver si tiene sentido o si debe revisarse algún imput, o si sirve como un “sanity check”.
Además, es importante identificar cuál es la creación de valor prevista y el horizonte en el que podría seguir creando ese valor, cuan sostenible es y a qué amenazas hay que darles mayor seguimiento.
Un análisis de sensibilidad en este apartado suele aportar mucho valor para conocer qué puede pasar según los distintos escenarios planteados previamente, otorgando una mayor seguridad sobre la valoración.
Por último, es importante ser capaz de justificar en qué estrategia se sustenta esta creación de valor prevista e intentar guiar a los gestores de la empresa a maximizar esta creación.
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